La historia está ambientada en un internado francés (Fondo del Estanque) que acoge a chicos de mala conducta, en el año 1949. Clément Mathieu un músico que llega al internado para ser profesor, se encuentra con un ambiente poco motivador. Ocurren accidentes provocados por los alumnos, que dañan incluso físicamente a los profesores. A pesar del lema acción-reacción del centro, es decir, ante un conflicto hay que tomar serias medidas; como castigos y aislamientos, este profesor poco a poco va transformando a los chicos ante el asombro de todos gracias a un coro. Empiezan a mejorar las notas, a reducirse los altercados, a jugar en los recreos todos juntos...Se sienten como parte de algo, como personas útiles que forman parte de algo importante.
" No cantan bien, pero cantan. Incluso he notado algunas buenas voces. ¿Realmente no se puede hacer nada con ellos?, yo que juré olvidarme de la música para siempre jamás...jamás digas jamás, siempre hay cosas que intentar..."
Esta frase muestra claramente la voluntad del profesor, de querer encaminarlos y ayudarlos, con algo que parece que les llama la atención, la música. Cambia la vida de muchos alumnos, logrando que lleguen a ser grandes profesionales. Nunca podemos decir que no volveremos a hacer algo, porque es probable que lo volvamos a hacer y siempre hay cosas que intentar.
En este caso, el director del centro tenía una visión de pedagogía tradicional, (en relación con la propuesta del libro de Fullat, Paideia), de ahí el lema que aplicaban a todos los hechos. El profesor, no está de acuerdo con ninguna de las decisiones que toma, ya que es más activo (pedagogía activa) y quiere que los chicos hagan cosas, incluso les saca de excursión. Por un accidente que sucede en el internado, despiden a Clément Mathieu sin dejar que se despida de nadie, pero recibe notas de despedida de sus alumnos por la ventana de clase cuando abandona el internado, una muestra de cariño y respeto absoluto. Una escena que emociona.
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